El Sistema Córtex Entorrinal-Hipocampo: Navegando en la Máquina de la Memoria

El Sistema Córtex Entorrinal-Hipocampo: Navegando en la Máquina de la Memoria

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El Sistema Córtex Entorrinal-Hipocampo: El GPS Interno del Cerebro


Si alguna vez has recorrido una ciudad desconocida sin un mapa o te has perdido en un centro comercial gigante, probablemente habrás sentido una mezcla de confusión y admiración cuando, finalmente, logras orientarte. Esa habilidad para navegar el espacio y recordar ubicaciones no es un milagro; es el resultado del intrincado diálogo entre dos áreas cerebrales clave: el córtex entorrinal (CxE) y el hipocampo (HC). Este dúo dinámico no solo te ayuda a encontrar tu camino, sino que también almacena recuerdos y construye una narrativa espacial de tu vida.


 


El viaje para entender cómo nuestro cerebro navega por el espacio y almacena recuerdos no fue un breve paseo por el parque. En lugar de eso, fue un camino lleno de giros inesperados, intuiciones brillantes y, por supuesto, muchas ratas en laberintos. La historia comienza en 1971, cuando John O’Keefe y Jonathon Dostrovsky hicieron un descubrimiento revolucionario mientras estudiaban el hipocampo, una estructura en forma de caballito de mar (de ahí su nombre) que forma parte del sistema límbico y está estrechamente relacionada con la memoria y la navegación.


O’Keefe observó que ciertas neuronas en el hipocampo de las ratas se activaban solo cuando el animal se encontraba en un lugar específico de su entorno. Estas células, bautizadas como place cells o células de lugar, no eran meros sensores pasivos del entorno, sino que parecían representar un «pin» en un mapa mental. Este hallazgo fue publicado en 1971, junto con la teoría de que el hipocampo funcionaba como un «mapa cognitivo», un término inspirado en las ideas del psicólogo Edward Tolman. Aunque inicialmente el descubrimiento fue recibido con escepticismo, pronto se convirtió en la base de un campo completamente nuevo en la neurociencia.


El Hipocampo como el Corazón del Mapa


Para entender las place cells, es esencial comprender el papel del hipocampo en general. Esta estructura no solo procesa la información espacial, sino que también integra recuerdos y experiencias. El hipocampo recibe señales del córtex entorrinal a través de la vía perforante, las procesa en el giro dentado y las regiones CA3 y CA1, y finalmente las envía de vuelta al córtex entorrinal a través del subículo. En este proceso, las place cells forman mapas únicos de cada entorno, reorganizándose cada vez que el animal entra en un lugar nuevo. Es como si el hipocampo constantemente reescribiera los mapas del GPS interno del cerebro.


El Papel del Córtex Entorrinal: Descubrimiento de las Grid Cells


Pero aquí es donde la historia da un giro intrigante. Mientras que las place cells marcaban ubicaciones específicas, ¿cómo sabía el cerebro cómo moverse de un punto a otro? La respuesta llegó más de tres décadas después, en 2005, cuando los neurocientíficos noruegos May-Britt y Edvard Moser, junto con su equipo, descubrieron otro tipo de neuronas: las grid cells o células de la cuadrícula.


A diferencia de las place cells, que se activan en puntos específicos, las grid cells forman una red hexagonal que cubre todo el entorno, proporcionando un sistema de coordenadas para la navegación. Este descubrimiento se produjo tras un cambio clave en el enfoque experimental. Mientras que estudios previos se centraban en el hipocampo, los Mosers decidieron explorar el córtex entorrinal medial (CxE medial), una región que conecta directamente con el hipocampo. En lugar de usar entornos pequeños y limitados, optaron por espacios abiertos más grandes, lo que permitió que emergiera el patrón hexagonal de las grid cells.


Un Trabajo en Equipo: Place Cells y Grid Cells


El descubrimiento de las grid cells añadió una nueva dimensión a nuestra comprensión de cómo el cerebro navega por el espacio. Mientras que las place cells actúan como puntos específicos en un mapa (indicando «estás aquí»), las grid cells forman la cuadrícula subyacente, proporcionando una estructura continua que permite calcular distancias, direcciones y trayectorias. Juntas, estas células construyen un sistema integrado de navegación que combina precisión y contexto.


De la Ciencia al Nobel


El impacto de estos descubrimientos fue tan profundo que en 2014, John O’Keefe, May-Britt Moser y Edvard Moser compartieron el Premio Nobel de Medicina por sus contribuciones a nuestro entendimiento del sistema de posicionamiento del cerebro. Este galardón reconoció no solo el descubrimiento de las place cells y las grid cells, sino también la conexión fundamental entre el hipocampo y el córtex entorrinal como un sistema integrado para la memoria y la navegación.


El sistema CxE-HC: ¿Cómo funciona?

El córtex entorrinal, situado en la base del lóbulo temporal, es como la puerta principal al hipocampo. Es el intermediario entre la percepción sensorial y los procesos de memoria. Por su parte, el hipocampo, con su característica forma de caballito de mar, es donde sucede la magia: aquí se combinan la información espacial, los recuerdos y las experiencias.


La conexión entre ambos es bidireccional:


  1. Del córtex entorrinal al hipocampo: La vía perforante lleva información del córtex entorrinal medial (MEC) directamente al giro dentado del hipocampo y, luego, hacia la región CA3.


  2. Del hipocampo al córtex entorrinal: Desde la región CA1, la información fluye hacia el subículo, y de allí regresa al córtex entorrinal. Este circuito es esencial para consolidar recuerdos y coordinar mapas espaciales.


Esta arquitectura permite que el cerebro integre datos sensoriales con recuerdos, creando un sistema robusto para la orientación y la memoria. Pero el verdadero espectáculo comienza cuando nos adentramos en los actores principales de este sistema: las grid cells y las place cells.


Place Cells: Anclando puntos clave


En el hipocampo encontramos a las place cells, que son como los marcadores de un mapa. Mientras que las grid cells proporcionan un sistema continuo de coordenadas, las place cells se activan en ubicaciones específicas, señalando puntos clave en el entorno. Por ejemplo, si estás explorando un parque, una place cell puede dispararse al llegar a un banco o un árbol particular.


Este sistema de anclaje es crucial para la memoria espacial. Las place cells no solo registran ubicaciones, sino que también las asocian con experiencias: «este es el banco donde me senté a leer» o «aquí estaba el restaurante italiano».


Grid Cells: Trazando mapas hexagonales


Las grid cells, o células de la cuadrícula, residen en el córtex entorrinal medial. Estas neuronas son maestras de la geometría: disparan en patrones regulares que forman una cuadrícula triangular perfecta, como un panal de abejas. Este patrón hexagonal proporciona un sistema de coordenadas interno, permitiendo al cerebro calcular tu posición en el espacio.


¿Cómo funciona esto? Imagina un ratón explorando una arena. Cada vez que una grid cell específica dispara, marca un punto en el espacio. Si unimos todos estos puntos, obtenemos ese patrón hexagonal característico. Lo fascinante es que este sistema sigue funcionando incluso en la oscuridad, gracias a un proceso llamado integración de trayectoria, que utiliza señales internas sobre velocidad y dirección para estimar la posición.


La armonía entre Grid y Place Cells


El córtex entorrinal y el hipocampo trabajan juntos como un equipo perfectamente coordinado. Mientras las grid cells trazan un mapa general del espacio, las place cells añaden detalles específicos, creando un sistema que combina navegación y memoria. Esta colaboración se vuelve aún más impresionante cuando consideramos cómo estos sistemas se ajustan y sincronizan.



  • Diferentes escalas: Las grid cells en la parte dorsal del córtex entorrinal tienen patrones más pequeños y precisos, mientras que las de la región ventral abarcan áreas más amplias. Es como tener un mapa de alta resolución para detalles locales y otro más amplio para distancias largas.

  • Integración dinámica: Cuando exploras un nuevo entorno, las grid cells configuran un marco general y las place cells lo rellenan con marcadores específicos.

Impacto Clínico: Cuando el Sistema Falla


El sistema CxE-HC no es infalible, y cuando algo va mal, las consecuencias pueden ser devastadoras. Un ejemplo famoso es el caso de Henry Molaison (H.M.), un paciente que, tras una cirugía para tratar una severa epilepsia, perdió su hipocampo y las áreas circundantes (en realidad, perdió los DOS hipocampos). Aunque pudo recordar eventos pasados, quedó incapaz de formar nuevos recuerdos, una condición conocida como amnesia anterógrada.


Enfermedades como el Alzheimer también afectan gravemente a este sistema. El córtex entorrinal es una de las primeras áreas dañadas, lo que explica por qué los pacientes con Alzheimer tienen problemas de orientación en las etapas iniciales de la enfermedad. Además, la conexión entre estas áreas está implicada en otras patologías, como la esquizofrenia, donde los déficits en la percepción y la memoria pueden estar relacionados con disfunciones en este circuito.


Un Sistema Universal: Más Allá de la Navegación


Aunque las grid cells y place cells son famosas por su papel en la navegación, su relevancia va mucho más allá. Estas células también podrían estar involucradas en la representación de conceptos abstractos, como el tiempo o las relaciones sociales. Imagina que tu cerebro usa un sistema similar para organizar no solo lugares, sino también ideas y recuerdos.


Además, la organización hexagonal de las grid cells ha inspirado modelos computacionales que comparan su funcionamiento con técnicas de compresión de datos, como el formato JPEG. Esto sugiere que el cerebro, al igual que los algoritmos, optimiza la representación de información para maximizar su eficiencia.


Conclusión


El sistema córtex entorrinal-hipocampo es un testimonio del ingenio de la naturaleza. Desde su arquitectura bidireccional hasta la colaboración entre grid cells y place cells, este sistema es mucho más que un GPS interno: es una máquina de memoria, orientación y aprendizaje.


La próxima vez que encuentres tu camino en una ciudad nueva o recuerdes un lugar especial, piensa en el increíble trabajo que tu cerebro está haciendo en segundo plano. Y si alguna vez te pierdes, confía en que este sistema, diseñado para ayudarte, sigue trazando mapas en tiempo real, garantizando que siempre tengas un camino de regreso.


¿Listo para explorar más? Entra en nuestros posts dedicados a las grid cells y las place cells, y descubre cómo este sistema no solo te ayuda a orientarte, sino que define cómo vives y recuerdas el mundo.


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